Destino Manifiesto:
Este concepto ganó popularidad a mediados del siglo XIX, promoviendo la idea de que Estados Unidos tenía la misión divina de expandir su territorio por todo el continente norteamericano. Contribuyó a la expansión del país hacia el oeste y a la adquisición de nuevos territorios como Texas, California y el suroeste.
Desarrollo económico:
A medida que la economía estadounidense creció y se industrializó, la atención se centró en los intereses comerciales y el crecimiento económico. El desarrollo de redes de transporte, como canales y ferrocarriles, y el crecimiento de las ciudades llevaron a un énfasis en la prosperidad económica.
Inmigración y Diversidad:
En el siglo XIX se produjo un aumento de la inmigración procedente de Europa y otras partes del mundo. La afluencia de inmigrantes trajo nuevas ideas, culturas e idiomas, contribuyendo a una sociedad más diversa y pluralista. Esto dio lugar a debates y discusiones sobre la asimilación, la preservación cultural y el papel de los inmigrantes en la configuración de la identidad estadounidense.
Reformas sociales:
El impulso a favor de reformas sociales ganó fuerza durante el siglo XIX, particularmente en lo que respecta a los derechos de las mujeres, la abolición de la esclavitud y los derechos laborales. Estos movimientos desafiaron las normas sociales existentes y buscaron ampliar la misión de Estados Unidos para incluir una mayor igualdad y justicia social.
Política exterior:
Estados Unidos adoptó una política exterior más asertiva a finales del siglo XIX, expandiendo su influencia más allá del hemisferio occidental. La guerra hispanoamericana, por ejemplo, resultó en la adquisición de territorios como Puerto Rico, Filipinas y Guam, lo que refleja un cambio hacia un papel más global.
Reformas de la era progresista:
A principios del siglo XX, la Era Progresista provocó un enfoque renovado en abordar problemas sociales, como la pobreza, la corrupción y los grandes monopolios empresariales. Los reformadores progresistas pretendían fortalecer la democracia y mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos, ampliando la misión de Estados Unidos para incluir el bienestar social y la justicia económica.
Estos cambios en el pensamiento popular sobre la misión de Estados Unidos fueron moldeados por una combinación de factores nacionales e internacionales, valores y prioridades en evolución y un deseo de abordar ambos desafíos internos y comprometerse con el mundo a mayor escala.