La Escuela Realista, fundada por Gustave Courbet, era conocida por centrarse en representar escenas de la vida real y gente corriente, a menudo de las clases sociales más bajas. Courbet rechazó los temas idealizados y románticos que habían dominado el arte en el pasado y, en cambio, buscó retratar el mundo como realmente era, sin idealización ni adornos. Sus pinturas a menudo representaban escenas de la vida cotidiana, como campesinos trabajando en el campo, mujeres haciendo tareas domésticas o personas simplemente relajándose y divirtiéndose.