Los emprendedores suelen utilizar el ejercicio "Pensar hacia atrás" para generar ideas creativas. Esto implica comenzar con el resultado u objetivo deseado y luego trabajar hacia atrás para identificar los pasos y acciones necesarios para lograrlo. Al dividir el objetivo en tareas más pequeñas y manejables, los emprendedores pueden identificar posibles soluciones y enfoques que de otro modo no habrían considerado.