1. Exposición: La trama comienza con la introducción de los personajes, el escenario y el conflicto o situación inicial. Esto proporciona la base de la historia y establece los parámetros dentro de los cuales se desarrollará la trama.
2. Acción ascendente: A medida que avanza la historia, surgen una serie de eventos y desafíos que intensifican el conflicto y aumentan lo que está en juego para los personajes. La acción creciente genera tensión y suspenso, lo que conduce al clímax de la historia.
3. Clímax: El clímax es el punto de inflexión de la trama donde el conflicto central alcanza su punto máximo y los personajes enfrentan sus mayores desafíos u obstáculos. El clímax suele ser un momento de gran dramatismo, acción o intensidad emocional.
4. Acción de caída: Después del clímax, la trama comienza a desarrollarse a medida que se desarrollan las consecuencias del clímax. Se atan los cabos sueltos, se resuelven los conflictos y la historia avanza hacia su conclusión.
5. Resolución: La resolución es la etapa final de la trama donde la historia llega a un final satisfactorio. La resolución proporciona un cierre al conflicto principal y deja a los personajes en un estado resuelto o transformado.
La trama también puede desarrollarse a través de subtramas que transcurran paralelas a la trama principal. Las subtramas pueden agregar profundidad y textura a la narrativa, introducir conflictos adicionales y proporcionar un mayor desarrollo de los personajes. La interacción entre la trama principal y las tramas secundarias puede crear una experiencia narrativa compleja y atractiva.
El desarrollo de la trama también está influenciado por el género de la historia, el ritmo y el estilo narrativo del autor. Algunos géneros, como los thrillers o los misterios, pueden tener una trama trepidante con giros inesperados, mientras que otros géneros, como la ficción literaria o las historias basadas en personajes, pueden centrarse más en la evolución gradual de los personajes y sus conflictos internos. .