El alma está unida al mástil en un extremo y al talón del mástil en el otro extremo. Se gira con una llave especial para apretarlo o aflojarlo. Cuando se aprieta el alma, tira del mástil hacia arriba, lo que aumenta la curvatura del mástil. Cuando se afloja el alma, permite que el cuello se relaje, lo que disminuye la curvatura del cuello.
La cantidad adecuada de curvatura del mástil es esencial para una buena jugabilidad. Demasiada curvatura puede hacer que las cuerdas queden demasiado altas del diapasón, lo que dificulta presionarlas. Una curvatura muy pequeña puede hacer que las cuerdas zumben contra los trastes, lo que puede producir un sonido desagradable.
El alma debe ajustarse periódicamente para mantener el mástil en la forma adecuada. La frecuencia con la que es necesario ajustar el alma variará según el clima y el instrumento.