Según el epitafio grabado en la lápida ¿qué hombre será bendito?
Bienaventurado el hombre que no anduvo en consejo de impíos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. Pero su deleite está en la ley del Señor; y en su ley medita de día y de noche.