Los artistas más vendidos como Taylor Swift o Ed Sheeran pueden ganar decenas de millones de dólares al año, principalmente a través de ingresos por ventas de álbumes, streaming, conciertos, patrocinios y mercancías.
Los artistas establecidos con una carrera exitosa pueden ganar cientos de miles a unos pocos millones de dólares al año mediante una combinación de ventas de álbumes, giras, derechos de licencia y otras fuentes.
Los artistas emergentes o los artistas locales suelen ganar considerablemente menos, potencialmente unos pocos miles de dólares o menos por año si no pueden conseguir una audiencia más amplia o conseguir contratos lucrativos.
En muchos casos, el arte suele combinarse con otras fuentes de ingresos, como la enseñanza, el trabajo independiente o trabajos a tiempo parcial, para ganarse la vida de forma sostenible mientras se persigue su pasión artística.
También vale la pena señalar que algunos artistas crean arte principalmente para su satisfacción personal y es posible que no busquen activamente monetizar su trabajo a través de canales tradicionales.