La arenisca es una roca sedimentaria compuesta principalmente por granos minerales del tamaño de arena. Los granos de arena pueden variar en tamaño y composición, pero normalmente están compuestos de cuarzo, feldespato y otros minerales. Los granos están cementados entre sí mediante sílice, calcita u otros minerales.
La superficie de la arenisca suele ser rugosa y desigual. Esto se debe a que los granos de arena no están completamente cementados y, a menudo, quedan pequeños espacios entre ellos. Los espacios entre los granos dispersan la luz e impiden que la arenisca forme una superficie clara y reflectante. Debido a esta característica inherente, no puede funcionar como un espejo adecuado y práctico capaz de formar imágenes especulares precisas como los espejos de vidrio convencionales.