1. Preparar el área: Cubra el piso y los muebles cerca de la pared con telas protectoras para protegerlos de salpicaduras. Abra las ventanas para permitir una ventilación adecuada.
2. Raspe el glaseado: Utilice un raspador de pintura o una espátula para quitar con cuidado la mayor cantidad posible de esmalte de la pared. Tenga cuidado de no dañar la pared.
3. Aplica un disolvente: Utilice un disolvente diseñado específicamente para eliminar el esmalte. Aplicar el disolvente al esmalte con un pincel o una esponja. Déjalo reposar el tiempo recomendado, tal y como indica la etiqueta del producto.
4. Frote la pared: Frote la pared con un cepillo duro para aflojar el esmalte ablandado. Trabaja en secciones pequeñas y enjuaga el cepillo con frecuencia en agua tibia.
5. Enjuague la pared: Enjuague bien la pared con agua limpia para eliminar el disolvente y el esmalte desprendido. Utilice una esponja o un paño limpio.
6. Seque la pared: Deje que la pared se seque por completo antes de continuar con el siguiente paso.
7. Reparar cualquier daño: Si hay algún daño en la pared, como rayones o hendiduras, repárela utilizando materiales y técnicas adecuadas.
8. Repintar la pared (opcional): Si es necesario, vuelva a pintar la pared con una pintura adecuada para restaurar el acabado deseado.
Consejos:
- Pruebe el disolvente en una zona pequeña y discreta de la pared antes de aplicarlo en toda la superficie.
- Tenga paciencia al raspar el esmalte; Trate de evitar el uso de fuerza excesiva para evitar dañar la pared.
- Utilice guantes protectores y protección para los ojos cuando trabaje con el disolvente.