Lo que distingue a la Madonna Alba de otras Madonnas es su representación altamente naturalista de la Virgen y el Niño. La Virgen se muestra en una pose relajada, con su brazo alrededor del niño Jesús, quien mira directamente al espectador. La pintura también presenta una serie de otros detalles que son inusuales para una pintura de Madonna, como la inclusión de un gato dormido en primer plano y un hermoso paisaje al fondo. Estos detalles ayudan a crear una sensación de intimidad y domesticidad en la pintura, que se ve reforzada por el uso de colores suaves y matices sutiles.
La Alba Madonna también es importante por su uso de sfumato, una técnica que consiste en mezclar colores y bordes para crear una sensación de suavidad y neblina atmosférica. El uso que hace Rafael del sfumato en esta pintura es particularmente evidente en el rostro y las manos de la Virgen, que se mezclan perfectamente con el fondo. Esta técnica ayuda a crear una sensación de espiritualidad y misterio en la pintura, que se ve reforzada aún más por el uso de un fondo oscuro y sombrío.