Las piernas representan la libertad de moverse y explorar. En particular, Ariel anhela experimentar la vida en tierra firme y todo lo que ésta ofrece. Fantasea con caminar y bailar y sueña con explorar el mundo humano. Sin embargo, está atada al océano por su cola de pez y no puede nadar libremente en la superficie. Así, las piernas se convierten en el símbolo de su deseo de libertad e independencia, su oportunidad de romper con sus responsabilidades y experimentar la vida plenamente.
Humanidad y Aceptación
Las piernas también representan el deseo de Ariel de convertirse en humano y ser aceptado por el mundo humano. En su vida submarina se siente diferente y sola, y anhela pertenecer a un mundo donde pueda ser ella misma. Las piernas le permitirían caminar entre los humanos e interactuar con ellos en igualdad de condiciones, cumpliendo su deseo de conexión y aceptación.
Amor y Sacrificio
Para perseguir su deseo de tener piernas, Ariel está dispuesta a hacer importantes sacrificios. Ella arriesga la ira de su padre y la seguridad de su hogar al hacer un trato con la malvada bruja del mar Ursula. Ella soporta dolor físico y emocional en el hechizo de transformación de Ursula. Estos sacrificios demuestran la fuerza de su deseo de tener piernas y su compromiso de tener la oportunidad de vivir la vida.
Dualidad y Transformación
La adquisición de piernas representa la transformación de Ariel de sirena a humana. Este cambio subraya el tema de la dualidad que recorre toda la historia. El viaje de Ariel implica navegar por dos mundos diferentes, el mundo submarino de su familia y el mundo humano que ella desea. Las piernas se convierten en el símbolo de esta transformación, representando la tensión entre su identidad tritón y sus deseos humanos.
En general, las piernas en "La Sirenita" tienen un gran significado simbólico, que encarnan la libertad, la exploración, la humanidad, la aceptación, el amor y la transformación personal.