- Sonidos metálicos o traqueteos desde la parte delantera o trasera del vehículo al conducir sobre baches o caminos en mal estado.
- Balanceo excesivo de la carrocería al tomar curvas o cambiar de carril.
- Desgaste desigual de los neumáticos en el interior o exterior de los neumáticos.
- Un eslabón de la barra estabilizadora flojo o desconectado.
- Bujes de barra estabilizadora agrietados o dañados.
- Barra estabilizadora doblada o dañada.
- El manejo del vehículo se siente inestable o inseguro.
Si sospecha que su barra estabilizadora puede estar defectuosa, es importante que un mecánico calificado la inspeccione lo antes posible. Una barra estabilizadora defectuosa puede afectar el manejo y la estabilidad del vehículo, lo que puede provocar un accidente.