Por ejemplo, en el ballet clásico, los bailarines suelen ser seleccionados en función de sus atributos físicos, como altura, extremidades largas y constitución delgada. Estas cualidades se consideran ventajosas para ejecutar los movimientos elegantes y la técnica de alto nivel que se requieren en el ballet. De manera similar, en la danza contemporánea, los bailarines pueden ser elegidos por sus características físicas únicas que contribuyen a la estética general y la expresividad de la coreografía.
En otros estilos de baile, como el hip-hop, el break y el street dance, se puede enfatizar menos el tamaño y los bailarines son celebrados por sus talentos individuales, creatividad y habilidades técnicas más que por su apariencia física. Sin embargo, en algunos casos, ciertos movimientos o trucos de baile pueden ser más accesibles o visualmente llamativos cuando los realizan bailarines de un tamaño o tipo de cuerpo en particular.
En general, si bien el tamaño puede ser un factor en determinadas formas de danza, es importante reconocer que la danza es una forma de arte multifacética que abarca una amplia gama de estilos, técnicas y expresiones. Bailarines de todos los tamaños y tipos de cuerpo pueden encontrar su lugar en el mundo de la danza y contribuir con sus talentos y arte únicos a esta forma de arte.