El baile de botas de goma se desarrolló como una forma para que los mineros se expresaran y afrontaran las duras condiciones y el trabajo que enfrentaban. Realizado principalmente por mineros varones, a menudo incorporaba aspectos de su trabajo y vida diaria, como recrear las acciones de excavar, trabajar en espacios reducidos y escapar del peligro.
La danza es reconocida principalmente por el sonido distintivo producido por las botas, que a menudo se utilizan como únicos instrumentos durante la actuación. Los bailarines usan botas de goma resistentes, a menudo viejas y gastadas, y golpean, golpean o pisotean rítmicamente el suelo o unos contra otros para crear la música y el ritmo.
El baile con botas de goma se caracteriza por sus movimientos fuertes y enérgicos y, a menudo, incluye acrobacias, volteretas y patadas en rutinas sincronizadas. Los pasos y movimientos están inspirados en las actividades diarias de los mineros e incorporan elementos de tap, breakdance y danzas tradicionales africanas.
Ganó mayor popularidad durante las décadas de 1960 y 1970, especialmente durante las protestas políticas y culturales, ya que se convirtió en una expresión de resistencia, orgullo cultural y un medio para contar historias y crear conciencia sobre la lucha de los mineros y otros grupos marginados.
Desde entonces, el baile de botas de goma se ha convertido en una parte importante de la cultura sudafricana, mostrando la herencia artística del país y la importancia de la danza como forma de autoexpresión y narración de historias. Se ha extendido más allá de sus orígenes y ha ganado reconocimiento internacional, con grupos de baile que realizan bailes de botas de goma en escenarios y competencias mundiales.