Durante las actuaciones del trío de jazz, los bailarines toman la pista e interpretan la música del trío a través de movimientos de improvisación y coreografías espontáneas. Los bailarines responden a las señales musicales proporcionadas por el trío, incluidos los tempos, melodías, ritmos y energía general de la actuación. Los bailarines pueden actuar individualmente, en parejas o como un grupo más grande, dejando que sus cuerpos y emociones sean guiados por la música.
La interacción entre el trío de jazz y los bailarines es dinámica y se basa en gran medida en el concepto de improvisación. Tanto los músicos como los bailarines se inspiran mutuamente, creando una atmósfera de espontaneidad, exploración y colaboración. La fusión de música en vivo y danza da como resultado una expresión artística única que combina la expresión musical con la interpretación física.