Historia
Los Tiny Rascals se formaron a principios de la década de 1980 por un grupo de jóvenes filipinos y samoanos que vivían en el barrio El Sereno de Los Ángeles. La pandilla se conocía inicialmente como "El Sereno Tiny Rascals" y estaban involucrados en diversas actividades delictivas como vandalismo y pequeños hurtos. Sin embargo, a finales de la década de 1980, los Tiny Rascals comenzaron a centrarse en robos a mano armada en empresas asiáticas.
Actividad delictiva
Los Tiny Rascals se dirigieron principalmente a pequeñas empresas asiáticas, como tiendas de conveniencia, licorerías y restaurantes en el Valle de San Gabriel. Los pandilleros a menudo entraban a los negocios armados con armas de fuego y exigían dinero en efectivo y mercancías. También eran conocidos por torturar y golpear a las víctimas de sus robos.
En 1991, los Tiny Rascals fueron responsables de una serie de robos a mano armada que resultaron en la muerte de tres personas. En un incidente, los pandilleros robaron una tienda de conveniencia y dispararon y mataron al dueño. En otro incidente, los pandilleros robaron una licorería y mataron a tiros a dos empleados.
Represión policial
Los crímenes violentos cometidos por los Tiny Rascals llevaron a una represión masiva por parte de las fuerzas del orden. El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) lanzaron un grupo de trabajo conjunto para investigar a la pandilla. En 1992, el grupo de trabajo arrestó a 28 miembros de la pandilla Tiny Rascals y fueron acusados de diversos delitos, incluidos asesinato, robo y conspiración.
Rechazar
Los arrestos de los pandilleros Tiny Rascals en 1992 provocaron una disminución en la actividad de la pandilla. Muchos de los miembros de la pandilla fueron sentenciados a largas penas de prisión y la pandilla fue efectivamente disuelta. Sin embargo, algunos ex miembros de la pandilla Tiny Rascals se unieron a otras organizaciones criminales, como los Asian Boyz y los Sureños.
Heredado
La pandilla Tiny Rascals fue una de las pandillas callejeras más violentas en la historia de Los Ángeles. Sus actividades criminales causaron terror en el Valle de San Gabriel y fueron responsables de la muerte de tres personas. El legado de la pandilla es de violencia y crimen, pero también sirve como un recordatorio de la importancia de la cooperación policial para combatir la actividad de las pandillas.