El uso de estos nombres proviene de la tradición de la literatura clásica griega y romana, donde se usaban con frecuencia en la poesía bucólica, como en las obras de Teócrito y Virgilio. Con el tiempo, se convencionalizaron en la tradición poética europea, especialmente durante el Renacimiento y períodos literarios posteriores cuando hubo un resurgimiento del interés por la literatura clásica griega y romana.
En la literatura pastoral, Strephon suele ser representado como un pastor joven e idealizado que está profundamente enamorado de Celia. Celia, en cambio, representa el objeto de sus afectos, a menudo retratada como una pastora bella e inalcanzable. Sus interacciones suelen girar en torno a temas de amor, anhelo, cortejo y las complejidades de las relaciones románticas.
Estos seudónimos proporcionan a los poetas una forma de construir un mundo pastoral ficticio poblado por personajes comunes y motivos familiares. Permiten a los poetas explorar las emociones y experiencias humanas universales asociadas con el amor, el deseo y el anhelo, al tiempo que añaden un elemento de convención y distancia artística.
Al emplear los nombres Strephon y Celia, los poetas aprovechan una tradición literaria establecida desde hace mucho tiempo que resuena en lectores familiarizados con las convenciones pastorales. Crean un marco dentro del cual pueden expresar y explorar emociones, experiencias y temas poéticos de una manera estilizada y realzada, evocando una sensación de atemporalidad y alusión literaria.