1. Deformidad física: Erik nació con el rostro gravemente desfigurado, lo que provocó que la sociedad lo rechazara y temiera. Esto dejó un impacto duradero en su psique, ya que se sentía como un paria. Se volvió extremadamente cohibido y desarrolló un profundo sentimiento de inferioridad.
2. Aislamiento: La deformidad de Erik lo llevó a aislarse del mundo. Fue criado en aislamiento por su padre, un hombre cruel y abusivo que lo mantuvo escondido en los sótanos de su casa. Este aislamiento privó a Erik de interacciones sociales, conexiones emocionales y un sentido de pertenencia.
3. Abuso emocional: El padre de Erik lo sometió a un abuso emocional implacable, menospreciándolo y haciéndolo sentir inútil. Este abuso contribuyó al frágil estado emocional de Erik y al autodesprecio. Interiorizó estas percepciones negativas, que influyeron en su obsesión por obtener reconocimiento y validación.
4. La música como mecanismo de afrontamiento: Erik encontró consuelo en la música y se convirtió en un músico y compositor altamente calificado. La música le proporcionó un escape de su dura realidad y le permitió expresar sus sentimientos internos. A pesar de sus talentos musicales, carecía de confianza y creía que sólo podía existir en el reino sombrío de la ópera, escondido del mundo.
Cuando Erik conoció a Christine, su belleza, talento e inocencia lo cautivaron. Se enamoró de ella porque representaba todo lo que le faltaba y deseaba:aceptación social, belleza y amor. La admiración de Christine por su genio musical alimentó aún más la obsesión de Erik.
El trauma infantil de Erik y su deseo de conexión lo llevaron a poseer a Christine, a quien veía como su única oportunidad de amor y reconocimiento. Su comportamiento posesivo y su naturaleza controladora surgieron de sus propios sentimientos internalizados de insuficiencia y su desesperada necesidad de validación. Las experiencias de la infancia de Erik crearon profundas heridas psicológicas que finalmente alimentaron su relación obsesiva y enfermiza con Christine.