En la película, Peter Pan se niega a crecer. Vive en Neverland, un lugar donde no hay tiempo ni reglas. Pasa sus días jugando con los Niños Perdidos y luchando contra piratas. Cuando Wendy y sus hijos llegan a Neverland, Peter se ve obligado a afrontar la realidad de que no puede seguir siendo un niño para siempre. Con el tiempo deberá crecer y regresar al mundo real.
A lo largo del viaje de la película, "Hook" le presenta a Peter desafíos difíciles que lo obligan a madurar. A lo largo de la película, Peter Pan debe afrontar sus responsabilidades y aprender valiosas lecciones de vida sobre cómo crecer, asumir la responsabilidad de las propias acciones y la importancia de la familia y las relaciones. Al final, supera su miedo a la edad adulta y se convierte en un padre y socio responsable, al tiempo que encarna muchas cualidades de su niñez y su espíritu infantil, como la inocencia, la imaginación, la positividad y la aventura.