El flashback ocurre cuando Zero recuerda sus recuerdos de vivir en un refugio para personas sin hogar con su madre. Una noche, un camión de basura accidentalmente da marcha atrás sobre su vagón, derramando sus pocas pertenencias. Un cerdo grande de una granja cercana aprovecha la oportunidad y comienza a devorar sus pertenencias. La madre de Zero intenta distraer al cerdo, pero este se niega a ceder y ella finalmente se rinde.
La importancia del cerdo en esta historia radica en su representación simbólica de los desafíos y obstáculos que Zero y su madre enfrentan en sus vidas. El cerdo es una fuerza abrumadora que parece invencible e imparable. Representa las dificultades y desgracias que les depara la vida, dejándolos sintiéndose impotentes e indefensos.
Además, el incidente con el cerdo también resalta el profundo vínculo de Zero con su madre. A pesar de sus terribles circunstancias, la madre de Zero sigue siendo resistente y concentrada en proteger a su hijo. Ella intenta protegerlo de la dura realidad distrayendo al cerdo y mostrándole su amor y devoción inquebrantables.
En el contexto más amplio de la novela, este flashback sirve como un momento crucial que impulsa el viaje de autodescubrimiento y crecimiento de Zero. Establece la resistencia, la determinación y la compleja relación de su personaje que comparte con su madre. A medida que avanza la historia, Zero saca fuerza de estas experiencias y emerge como un individuo más fuerte y compasivo.