Arts >> Arte >  >> Libros >> Fiction

¿Cómo puedo trasladar el proverbio Roma no se construyó en un día a un cuento?

En el corazón del campo, enclavados en medio de colinas exuberantes y onduladas, vivían dos granjeros llamados John y Mary. Cuidaban su tierra, trabajando incansablemente desde el amanecer hasta el atardecer. Una tarde agradable, mientras disfrutaban de los frutos de su trabajo, John dejó escapar un profundo suspiro.

"Mary", comenzó, "estoy empezando a perder la esperanza. Hemos trabajado duro durante años, pero nuestra granja apenas produce lo suficiente para sustentarnos. Me pregunto cómo construiremos ese gran granero para almacenar nuestra cosecha y asegurarnos". nuestro futuro."

María, siempre un alma sabia y gentil, se volvió hacia John con una cálida sonrisa. "Recuerda, John, Roma no fue construida en un día. Nuestros sueños pueden parecer desalentadores, pero con paciencia, perseverancia y mucho trabajo duro, pueden hacerse realidad. Roma no fue construida por una sola persona en un día. Fue construido por muchas personas, cada una aportando sus habilidades y esfuerzo, y tomó tiempo".

El ceño fruncido de John se relajó y una sensación de calma lo invadió. Sabía que María tenía razón. No pudieron lograrlo todo de una vez. Necesitaban dar pasos pequeños y firmes, como los constructores de Roma.

Inspirados por las palabras de María, Juan y María elaboraron un plan. Cada día, apartaban una parte de su producción y la guardaban para su futuro granero. Además, dedicaban cada momento libre a mejorar sus tierras, añadir más cultivos y ampliar su ganado.

Pasaron los años y sus esfuerzos empezaron a dar frutos. Los ahorros aumentaron y su granja prosperó. Continuaron trabajando diligentemente, sin perder nunca de vista su sueño. Finalmente, después de muchos veranos e inviernos, habían acumulado suficientes recursos para embarcarse en el gran proyecto del granero.

Con la ayuda de hábiles constructores de los pueblos vecinos, el granero empezó a tomar forma. Cada viga y tabla representaba las innumerables horas que habían dedicado a su sueño. La comunidad observó con asombro cómo la perseverancia de John y Mary transformó su humilde granja.

Cuando se clavó el último clavo y el granero se mantuvo erguido, John y Mary se pararon frente a él, con lágrimas de alegría corriendo por sus rostros. El proverbio se había convertido en su mantra y se habían dado cuenta de que, efectivamente, se podían lograr grandes cosas con el tiempo, con un esfuerzo constante y una fe firme.

A partir de ese día, el granero sirvió como símbolo de su triunfo, testimonio del poder de la paciencia y la perseverancia. La historia de Juan y María se convirtió en una leyenda, recordando a las generaciones venideras que ningún sueño es demasiado grande y que pasos pequeños y firmes pueden conducir a logros extraordinarios, tal como la construcción de Roma.

Roma no se construyó en un día, pero con cada paso se acercaron a su objetivo y finalmente lo lograron.

Fiction

Categorías Relacionadas