El Ministerio del Amor emplea varios métodos para reprimir la disidencia y mantener la obediencia entre los ciudadanos de Oceanía. Utiliza la Policía del Pensamiento para monitorear los pensamientos, sentimientos y acciones de las personas, asegurando que se ajusten a la ideología del Partido. Los individuos sospechosos de "crímenes de pensamiento" son arrestados y llevados al Ministerio del Amor, donde son sometidos a intensos interrogatorios, lavados de cerebro y torturas.
El proceso de reeducación en el Ministerio del Amor tiene como objetivo romper el sentido de identidad del individuo y reemplazarlo con una lealtad inquebrantable al Partido. Aquellos que se someten a este proceso, a menudo denominado "vaporización", emergen como seguidores devotos y con el cerebro lavado del Gran Hermano, el líder totalitario de Oceanía.
La descripción que hace Orwell del Ministerio del Amor resalta los peligros de la extralimitación del gobierno y la supresión de la libertad individual. El Ministerio sirve como símbolo de los esfuerzos de la sociedad totalitaria por controlar todos los aspectos de la vida de sus ciudadanos, erosionando sus pensamientos, emociones y autonomía personal.