Ali Baba se escondió detrás de un árbol y observó cómo los ladrones entraban en la cueva. Vio que la entrada a la cueva era una gran roca que sólo podía abrirse diciendo una palabra mágica. La palabra mágica fue "¡Abre, Sésamo!"
Los ladrones abrieron la cueva y entraron. Ali Baba, que quería una salida a su pobreza, esperó a que los ladrones abandonaran la cueva. Cuando los ladrones se fueron, él mismo pronunció la palabra mágica y entró en la cueva. La cueva estaba llena de tesoros. Había oro, plata, joyas y sedas. Ali Baba tomó todo el tesoro que pudo llevar y regresó a casa.
Al hermano de Ali Baba, Qasim, le hablaron de las riquezas de la cueva. Qasim estaba muy interesado en el dinero. Él también fue a la cueva y dijo la palabra mágica. Sin embargo, cuando llegó el momento de irse, olvidó la palabra mágica. Quedó atrapado en la cueva. Más tarde, Ali Baba visitó la cueva para recuperar el cuerpo de su hermano y lo encontró con el tesoro. Llevó el cuerpo a casa y lo enterró.
Los cuarenta ladrones regresaron a su cueva y encontraron el cuerpo de Qasim. Se enojaron mucho y se dieron cuenta de que habían descubierto el pasadizo secreto. Decidieron regresar al pueblo para encontrar a la persona que les había robado.
Los ladrones fueron al pueblo y comenzaron a buscar a Ali Baba. Buscaron en todas las casas, pero no pudieron encontrarlo. Finalmente llegaron a la casa de Ali Baba y llamaron a la puerta. La esposa de Ali Baba abrió la puerta. Los ladrones le preguntaron si sabía dónde estaba Ali Baba.
La esposa de Ali Baba era muy inteligente. Sabía que los ladrones buscaban a Ali Baba y no quería que lo encontraran. Les dijo a los ladrones que no sabía dónde estaba Ali Baba. Ella dijo que él se había ido del pueblo y que no sabía cuándo regresaría. La esposa de Ali Baba sabía que los ladrones pronto se darían cuenta de que habían sido engañados. Rápidamente sacó todo el tesoro de la cueva y lo escondió. Algunos los escondió en el sótano, otros en el patio e incluso en las alforjas del burro.
Los ladrones registraron la casa de Ali Baba, pero no pudieron encontrar el tesoro. Finalmente se dieron por vencidos y abandonaron el pueblo. Ali Baba y su familia estaban a salvo y vivieron felices para siempre.