Las historias están organizadas en colecciones, cada una con su tema y marco temporal únicos. Dos colecciones notables incluyen "Las aventuras de Sherlock Holmes" (1892) y "Las memorias de Sherlock Holmes" (1894). Sin embargo, es importante señalar que la ubicación de las historias dentro de estas colecciones no necesariamente se alinea con su orden cronológico en la línea de tiempo de Holmes.
Por ejemplo, en "Las aventuras de Sherlock Holmes", la historia "Un escándalo en Bohemia" ocupa el primer lugar a pesar de que ocurre después de los acontecimientos de "Un estudio en escarlata", que establece la asociación de Holmes con el Dr. Watson. Esta ubicación probablemente se realizó para mostrar uno de los casos más famosos de Holmes que involucra a Irene Adler.
De manera similar, "Las memorias de Sherlock Holmes" comienza con "Silver Blaze", que ocurre antes de los eventos de "Un estudio en escarlata". Doyle organizó las historias de esta manera para presentar a los lectores diferentes aspectos del personaje y los casos de Holmes, en lugar de adherirse estrictamente a una línea de tiempo lineal.
Por tanto, si bien existe cierta continuidad cronológica entre determinados cuentos, no es imprescindible leerlos en un orden concreto para disfrutar y comprender plenamente la saga de Sherlock Holmes. Los casos son en su mayoría independientes y revelan varias facetas del genio y del razonamiento deductivo de Holmes.