Donde conduce un tierno pastor,
En los prados cubiertos de flores;
Él guarda de noche, alimenta de día,
Y conduce a aguas vivas todavía
Los corderos indefensos por cierto.
Temed a los lobos que deambulan astutamente;
¡Pastor, salva a tu pequeño rebaño!
Jesús, esté en cada tormenta
Nuestro firme apoyo, nuestra roca.