Las obras de Shakespeare se destacan por su profundidad de caracterización, su exploración de la naturaleza humana y su uso del lenguaje. Ha influido en muchos otros escritores, desde Charles Dickens hasta James Joyce, y su obra se ha adaptado a óperas, ballets, películas y programas de televisión.
El legado de Shakespeare también es evidente en la forma en que se estudian sus obras en escuelas y universidades. Sus obras a menudo son de lectura obligatoria y se utilizan para enseñar a los estudiantes sobre literatura, historia y cultura. Las obras de Shakespeare también se han utilizado para promover la justicia social y la igualdad, y se han representado en prisiones, campos de refugiados y otros entornos donde las personas están marginadas u oprimidas.
Además de su perdurable legado artístico, Shakespeare también ha tenido un importante impacto económico. La industria turística de Stratford-upon-Avon, donde nació y creció Shakespeare, depende en gran medida de su legado. La ciudad alberga la Royal Shakespeare Company, que produce obras de Shakespeare y otros dramaturgos, así como el Shakespeare Birthplace Trust, que posee y opera varias propiedades asociadas con Shakespeare.
En general, el legado de Shakespeare es un testimonio de su genio perdurable y del poder de su obra para trascender el tiempo y la cultura. Sus obras siguen siendo relevantes y significativas para el público de todo el mundo, y probablemente seguirán siendo estudiadas y disfrutadas durante muchos siglos más.