1) Establecer el tono: El título puede crear un cierto estado de ánimo o atmósfera para el lector incluso antes de comenzar a leer la obra. Por ejemplo, un título como "El señor de los anillos" sugiere una aventura de fantasía épica, mientras que un título como "El guardián entre el centeno" sugiere una historia más introspectiva sobre la mayoría de edad.
2) Proporcionar contexto: El título puede proporcionar información importante sobre el escenario o los personajes de la obra. Por ejemplo, un título como "El gran Gatsby" sugiere que la historia se desarrollará en la sociedad rica de Long Island, mientras que un título como "Cien años de soledad" sugiere que la historia abarcará varias generaciones.
3) Prediciendo la trama: El título en ocasiones puede presagiar acontecimientos importantes que sucederán en la obra. Por ejemplo, un título como "La muerte de Ivan Ilich" sugiere que el protagonista morirá, mientras que un título como "La metamorfosis" sugiere que el protagonista sufrirá un cambio dramático.
4) Simbolismo: El título también se puede utilizar simbólicamente para representar temas o ideas que se explorarán en la obra. Por ejemplo, un título como "El viejo y el mar" podría simbolizar la lucha entre el bien y el mal, mientras que un título como "Un mundo feliz" podría simbolizar los peligros de una sociedad utópica.
En general, el título de una obra literaria puede ser una herramienta poderosa para transmitir significado y preparar el escenario para la experiencia del lector.