El principal quid del juicio radica en interpretar una cláusula del contrato de préstamo que establece que si Antonio no paga el préstamo en la fecha acordada, Shylock tiene derecho a una libra de carne de Antonio. El juicio se convierte en una batalla de ingenio legal y razonamiento moral, que enfrenta el estricto cumplimiento de la ley por parte de Shylock con las súplicas de misericordia y justicia de Antonio y sus partidarios.
A lo largo del juicio, Shylock sostiene que los términos del contrato deben cumplirse sin importar su dureza. Es implacable en su búsqueda de su libra de carne y exige que el tribunal respete sus leyes y haga cumplir el contrato. Los argumentos de Shylock se basan en la idea de que la ley debe aplicarse imparcialmente y que no se pueden hacer excepciones basadas en emociones o consideraciones morales.
Por otro lado, Antonio y sus seguidores apelan al sentido de misericordia y compasión del tribunal. Argumentan que la insistencia de Shylock en quitarle la vida a Antonio va en contra de los principios de justicia y humanidad. Presentan llamamientos emocionales y argumentos éticos, sugiriendo que la ley debe moderarse con misericordia y que las acciones de Shylock son moralmente reprensibles.
El juicio se convierte en un examen complejo de los valores conflictivos de la ley y la moralidad, la venganza personal y la búsqueda de justicia. El resultado del juicio tiene profundas implicaciones para los personajes involucrados y plantea preguntas importantes sobre el equilibrio entre los derechos legales y las consideraciones éticas en una sociedad.