1. Vigilancia: El gobierno utiliza cámaras y micrófonos para monitorear las actividades de los ciudadanos, asegurando la conformidad con las estrictas políticas del régimen.
2. Propaganda: A través del Ministerio de la Verdad, el gobierno controla los medios de comunicación y difunde propaganda que promueve la ideología del partido y moldea la percepción pública de acuerdo con los objetivos del régimen.
3. Policía del pensamiento y control del pensamiento: La Policía del Pensamiento monitorea los pensamientos de los ciudadanos y controla sus creencias. Las ideas disidentes se consideran "crimen de pensamiento" y se castigan severamente. Esto crea una atmósfera de miedo y autocensura, que impide que las personas expresen opiniones inconformistas.
4. Neolengua: El gobierno manipula el lenguaje introduciendo la "neolengua", un vocabulario limitado y controlado diseñado para reducir el rango de expresión. Esto limita la capacidad de los ciudadanos para expresar pensamientos complejos y cuestionar la autoridad del sistema.
5. Doblepensamiento: Se anima a los ciudadanos a practicar el "doble pensamiento", una forma de manipulación mental en la que mantienen creencias contradictorias simultáneamente. Se les exige que acepten verdades contradictorias, como la constante manipulación del pasado por parte del Ministerio de la Verdad, sin reconocer las inconsistencias.
6. Control de Historia e Información: El gobierno ejerce un control estricto sobre los registros históricos, alterando y reescribiendo la historia para adaptarla a su narrativa. Esto les permite manipular el pasado para legitimar su poder y afianzar aún más el dominio del partido.
7. Aislamiento y Control de Individuos: Se desaconsejan las conexiones sociales y las relaciones personales, lo que hace que las personas dependan del partido para obtener compañía y realización. Esto debilita los vínculos personales y dificulta la formación de una oposición potencial.
8. Miedo y castigo: El gobierno mantiene una atmósfera de miedo mediante el uso de castigos severos incluso para las transgresiones más leves. Los ciudadanos son conscientes de que desviarse de las estrictas directrices tendrá consecuencias nefastas y conducirá a una conformidad generalizada.