Un caso en el que Macbeth se contradice es en el Acto III, Escena IV. Después de que las profecías de las brujas lo llevaron a asesinar al rey Duncan, Macbeth se vuelve cada vez más paranoico y lleno de culpa. Cuando ve el fantasma de Banquo, a quien también ha matado, exclama:"Tengo miedo de pensar lo que he hecho; / No mires de nuevo, no me atrevo". Esto sugiere que Macbeth está tratando de suprimir el recuerdo de sus acciones y evitar afrontar la culpa que siente. Sin embargo, el hecho de que no pueda volver a mirar al fantasma y esté aterrorizado de pensar en lo que ha hecho demuestra que todavía es muy consciente de sus crímenes y de las consecuencias de sus acciones.
Otra contradicción se ve en el Acto V, Escena III, cuando Macbeth se enfrenta a Macduff. Macbeth inicialmente descarta las amenazas de Macduff, diciendo:"No puedes decir que yo lo hice; nunca sacudas / Tus sangrientas cerraduras hacia mí". Sin embargo, cuando Macduff revela que no nació de una mujer sino que fue "arrancado inoportunamente" del vientre de su madre, Macbeth queda visiblemente conmocionado y se da cuenta de que su caída es inminente. Esto sugiere que, a pesar de sus intentos de descartar las profecías de las brujas y convencerse a sí mismo de que es invulnerable, Macbeth todavía alberga un temor profundamente arraigado de que se cumplan.
En general, el comportamiento contradictorio de Macbeth con respecto a las brujas refleja su estado mental complejo y conflictivo. Si bien puede intentar negar su influencia sobre él, sus acciones y reacciones traicionan su creencia profundamente arraigada en su poder y su miedo a las consecuencias de sus acciones.