Un alma traviesa y un cosquilleo perfecto.
Ella habló en rimas y cuentos tan altos,
Creando bastante alboroto, pero nunca una tormenta.
Con su guiño y su risita, hizo su papel,
Y un brillo en sus ojos, que brillaba como carbón.
Ella dejó su huella, haciendo sonreír a la gente.
En el corazón de todos, dejó una prueba.
Así que recordemos a la señora Pickle,
Cuyos recuerdos y aventuras son siempre bíblicos.
Su presencia fue siempre un llamado mágico,
Una delicia para los amantes de las rimas, la mejor de todas.