En el corazón de Cebú, un latido tan salvaje,
Donde el ritmo enciende, una tradición suave.
Se desarrolla Sinulog, un gran festival,
Donde se expande la fe, la cultura y el fervor.
Con calles adornadas con explosiones de color,
Las procesiones se balancean, los corazones laten con más audacia.
Santo Niño, el faro de gracia,
Conduce a los fieles con abrazo de amor.
Suenan tambores, una llamada cautivadora,
Dibujando bailarines en un estado de esclavitud rítmica.
Caderas balanceándose, pies ágiles y libres,
En unidad, se mueven, en una alegre juerga.
Con pasos tribales y atuendos vibrantes,
Cuentan historias de leyendas y de deseo.
Máscaras adornadas, espíritus cobran vida,
Encarnando historias que prosperan para siempre.
La cadencia crece, la energía surge,
En una celebración que aflora el alma.
Los espectadores aplauden, las voces se alzan en aplausos,
Mientras el espíritu sinulog toca los corazones cercanos.
Porque este festival es más que un baile,
Es un testimonio de fe y oportunidad.
Un tapiz de cultura, tejido fuerte,
Uniendo almas en un canto de armonía.
Así que deja que el ritmo del sinulog te guíe,
Mientras celebramos con alegría y orgullo.
En las calles de Cebú, donde los espíritus se encuentran,
Experimenta el ritmo, un ritmo tan dulce.
En el dominio de sinulog, encontramos la liberación,
Un remanso de alegría, un momento de paz.
A través de su cadencia, las culturas se mezclan,
Una sinfonía de ritmo sin fin.