Taylor profundiza en esta metáfora describiendo el libro como "un gabinete de ricas gemas", "diamantes resplandecientes" y "perlas inestimables". Estas metáforas transmiten la idea de que el libro contiene un contenido profundo y espiritualmente esclarecedor que vale la pena apreciar y contemplar.
Explica además que el libro no pretende ser un tratado teológico integral, sino más bien una colección de meditaciones breves y concisas diseñadas para inspirar a los lectores y profundizar su comprensión de los asuntos espirituales. Al comparar estas meditaciones con gemas, Taylor sugiere que son como fragmentos pulidos y refinados de sabiduría, cada uno de los cuales ofrece un vistazo a las profundidades de la verdad divina.
En general, el uso que hace Taylor del término "gema" en el prefacio enfatiza el valor y la importancia de las enseñanzas religiosas presentadas en el libro, animando a los lectores a explorar y apreciar las ideas espirituales que contiene.