Un solo foco, oro y lujoso.
Un bailarín espera, una oración silenciosa,
Su aliento una niebla sobre el aire.
La música comienza, un suspiro suspiro,
Y con una película, su espíritu vuela.
Sus extremidades se convierten en la rápida gracia del viento,
Un torbellino giró a través del tiempo y el espacio.
Sus pasos, como joyas en el piso pulido,
Esparcir luz y luego implorar,
El corazón para latir, el alma para volar,
Con cada turno, ella pide más.
Sus ojos, una llama, una estrella ardiente,
Refleja el dolor, la alegría, la cicatriz.
Una historia contada en rima silenciosa,
De amor y pérdida, y tiempo fugaz.
La música se desvanece, un aliento final,
El bailarín se encuentra, una muerte silenciosa.
Pero en el silencio, el escenario aún se mantiene,
Una historia grabada en oro y pliegues.