- En un entorno escolar, los puñetazos pueden considerarse una forma de agresión física y pueden resultar en suspensión o expulsión, según la gravedad del incidente y las políticas de la escuela.
- En un lugar de trabajo, golpear a un colega o supervisor puede considerarse una infracción grave de conducta y puede dar lugar a la suspensión o incluso al despido del empleo.