Al comienzo de la obra, en el acto 1, escena 1, se refiere al amor pasado de Demetrius por Helena diciendo:"Estas fábulas antiguas ni estos juguetes de hadas... creeré, tan pronto como me convenzan de que Demetrius adora tus ojos". (Hermia)." Esto sugiere que Teseo no da mucho crédito a romances tan fantasiosos y le resulta difícil creer en el repentino cambio de opinión de Demetrio hacia Helena.
Sin embargo, la opinión de Teseo cambia a lo largo de la obra, particularmente después de la representación de "Píramo y Tisbe", que se presenta como entretenimiento durante la celebración de su boda. Ver la obra dentro de la obra parece impactar sus pensamientos sobre el amor y los enredos románticos.
En particular, comenta en el acto 5, escena 1:"Los mejores en este género no son más que sombras; y los peores no son peores si la imaginación los modifica". Reconoce que el amor no siempre es racional y puede crear ilusiones y hacer que lo imposible parezca tangible. Este reconocimiento muestra la voluntad de Teseo de reconsiderar su perspectiva sobre las búsquedas románticas de la juventud.
Además, la inquebrantable devoción de Demetrio por Helena al final de la obra parece suavizar aún más la opinión de Teseo. Al reconocer la importancia de seguir el corazón independientemente de las circunstancias externas, Teseo finalmente les da a Hermia y Lisandro su bendición en el Acto 4, Escena 1, diciendo:Te seguiré y te guiaré hasta el final; A través de zarzas y cardos; A través de rocas y piedras seré un puente que transmitirá por todas partes
En general, aunque Tesis inicialmente descarta las aventuras del amante como irracionales, se vuelve más reflexivo. Después de presenciar cómo sus pruebas y enredos han resultado en última instancia en emociones más profundas y un verdadero compromiso, Teseo apoya sus decisiones a pesar de que todavía queda un toque de escepticismo sobre la verdadera naturaleza del amor y sus irracionalidades.