Hay una serie de factores que respaldan la idea de que su relación era genuina. Primero, ambos expresaron públicamente su amor mutuo en múltiples ocasiones. En una entrevista de 1993 con Oprah Winfrey, Presley dijo que ella y Jackson tenían "un amor muy real, profundo y genuino". El propio Jackson dijo en una entrevista de 1995 con Diane Sawyer que amaba a Presley "más de lo que las palabras pueden expresar".
En segundo lugar, la pareja pasó mucho tiempo junta a principios de los años 1990. A menudo se les veía juntos en eventos públicos y, según se informa, también pasaban mucho tiempo solos en el Rancho Neverland de Jackson.
En tercer lugar, hay varios informes de que Jackson y Presley planeaban casarse. En una entrevista de 1993, Presley dijo que ella y Jackson habían "hablado sobre" el matrimonio. En una entrevista de 1995, Jackson dijo que tenía "toda la intención" de casarse con Presley.
Sin embargo, también hay una serie de factores que apoyan la idea de que su relación fue un truco publicitario. Primero, tanto Jackson como Presley estaban en muchos problemas financieros en el momento de su relación. Jackson enfrentaba demandas multimillonarias y Presley estaba profundamente endeudado. Un matrimonio entre ambos habría generado mucha publicidad y podría haber ayudado a mejorar su situación económica.
En segundo lugar, Jackson y Presley tenían personalidades muy diferentes. Jackson era una persona tímida e introvertida, mientras que Presley era una persona más extrovertida y extrovertida. Algunas personas creen que sus personalidades eran demasiado diferentes como para haber tenido una relación duradera.
En tercer lugar, la relación de la pareja terminó abruptamente en 1996. Presley solicitó el divorcio después de sólo 20 meses de matrimonio. Más tarde dijo que nunca había estado enamorada de Jackson y que se había casado con él sólo porque sentía lástima por él.
En conclusión, no hay una respuesta definitiva a la pregunta de si Michael Jackson y Lisa Marie Presley tuvieron una relación romántica genuina. Hay una serie de factores que respaldan tanto la idea de que su relación era genuina como la idea de que fue un truco publicitario. En última instancia, corresponde a cada individuo decidir en qué cree.