Aquí está el intercambio:
kris: "No crees, ¿verdad?"
doris: "¿Crees qué?"
kris: "En mí. En Santa Claus. En Navidad".
doris: "Bueno, soy un adulto".
kris: "Eres un adulto, pero no eres demasiado viejo para creer en algo. Tienes que creer en algo, Doris. Tienes que creer en algo".
Este momento es fundamental en la película, ya que muestra cómo el cinismo y el escepticismo de Doris han afectado su vida. Kris la alienta a redescubrir la alegría y la maravilla de la Navidad, lo que finalmente la ayuda a reconectarse con su hijo interior y encontrar la felicidad.