Los Tuck consideran la inmortalidad como un regalo porque los protege de la muerte y el envejecimiento. Han vivido lo suficiente para presenciar numerosos acontecimientos históricos y avances tecnológicos. Sin embargo, eventualmente descubren que la vida eterna les priva de experiencias humanas, como crecer y tener hijos. Anhelan la mortalidad, que comienzan a ver como un privilegio más que como una maldición.
La ironía es que los Tuck se han encontrado en una paradoja:desean ser mortales a pesar de haber obtenido la inmortalidad. El libro explora temas como el valor de la vida, el paso del tiempo y la experiencia humana enfatizando esta ironía. En última instancia, enfatiza lo agridulce de la vida y sugiere que, a pesar de sus dificultades, envejecer y morir son aspectos valiosos de la existencia humana.