La psicocirugía generalmente se realiza en un entorno hospitalario e implica los siguientes pasos:
1. El paciente recibe anestesia general.
2. El cirujano hace una incisión en el cuero cabelludo.
3. El cirujano utiliza diversas técnicas, como la estereotaxia, para localizar el tejido cerebral objetivo.
4. El cirujano extirpa o destruye el tejido cerebral objetivo.
5. El cirujano cierra la incisión.
El tipo de psicocirugía realizada depende de la condición psiquiátrica específica que se esté tratando. Los siguientes son algunos de los tipos de psicocirugía más comunes:
* Lobotomía: Este procedimiento implica cortar las conexiones entre los lóbulos frontales del cerebro y el resto del cerebro. Alguna vez se usó para tratar una variedad de afecciones psiquiátricas, pero hoy en día rara vez se usa debido a sus graves efectos secundarios.
* Cingulectomía: Este procedimiento implica cortar las conexiones entre la circunvolución cingulada y el resto del cerebro. Se utiliza para tratar el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y la depresión.
* Tractotomía subcaudada: Este procedimiento consiste en cortar las conexiones entre el núcleo subtalámico y el putamen. Se utiliza para tratar la enfermedad de Parkinson.
La psicocirugía puede ser un tratamiento eficaz para afecciones psiquiátricas que no han respondido a otros tratamientos. Sin embargo, es un procedimiento serio con riesgos potenciales, que incluyen:
* Hemorragia (sangrado): Esto puede ocurrir durante o después de la cirugía y puede poner en peligro la vida.
* Infección: Esto puede ocurrir durante o después de la cirugía y puede provocar problemas médicos graves.
* Convulsiones: Estos pueden ocurrir después de la cirugía y pueden ser un signo de daño cerebral.
* Cambios de personalidad: Estos pueden ocurrir después de la cirugía y pueden incluir apatía, falta de motivación y habilidades sociales reducidas.
* Deterioro cognitivo: Esto puede ocurrir después de la cirugía y puede incluir problemas de memoria, dificultad para concentrarse y deterioro del juicio.
La psicocirugía debe considerarse sólo después de que se hayan agotado todas las demás opciones de tratamiento y se hayan sopesado cuidadosamente los riesgos y beneficios del procedimiento.