Hay diferentes tipos de cómplices, entre ellos:
1. Ayudantes: Se trata de personas que, a sabiendas, ayudan al delincuente principal en la comisión del delito, pero que en realidad no lo cometen ellos mismos. Por ejemplo, alguien que proporciona un coche de huida a un ladrón de bancos se consideraría un ayudante.
2. cómplices: Se trata de personas que alientan o incitan al delincuente principal a cometer el delito, pero que en realidad no participan en el delito en sí. Por ejemplo, alguien que le dice a otra persona que robe una tienda sería considerado cómplice.
3. Conspiradores: Se trata de individuos que acuerdan con otros cometer un delito y luego toman algunas medidas para llevar a cabo el plan. Por ejemplo, alguien que acuerda con otros robar un banco y luego los lleva en coche al banco sería considerado un conspirador.
Para ser considerado cómplice, una persona debe haber tenido conocimiento de que se estaba cometiendo un delito y haber actuado con la intención de ayudar o asistir en la comisión del delito. Si alguien es cómplice, puede ser acusado del mismo delito que el infractor principal y enfrentarse a las mismas penas.