1. Enmascaramiento: El enfoque principal fue enmascarar el olor en lugar de eliminarlo. La gente usaba fragancias fuertes y picantes para disimular el olor corporal. Ciertas hierbas, flores, especias y resinas, como la lavanda, el romero, el clavo y el incienso, eran ingredientes populares en perfumes, aguas perfumadas y pomos aromáticos. La persona los llevaba encima, a menudo en pequeños recipientes o bolsitas.
2. Baños y lavados con infusión de hierbas: El baño regular no era una práctica generalizada debido a la creencia de que el agua podía propagar enfermedades. Sin embargo, se utilizaban baños y lavados de hierbas perfumadas con fines de limpieza. Estaban impregnados de hierbas como menta, romero, tomillo y lavanda.
3. Hierbas aromáticas en polvo: La gente se aplicaba polvos perfumados en el cuerpo para absorber la humedad y minimizar el olor. Estos polvos a menudo se elaboraban a partir de diversas hierbas, como lavanda, raíz de lirio y raíz de lirio.
4. Vinagre: El vinagre diluido se utilizaba ocasionalmente como desodorante debido a sus propiedades antibacterianas y neutralizadoras de olores.
5. Ropa Perfumada: La gente añadía fragancias a su ropa quemando maderas o hierbas aromáticas cerca de sus armarios o guardando la ropa en cofres forrados con telas o hierbas aromáticas.
6. Fumigación: La fumigación con hierbas y resinas fue otro método para mejorar la calidad general del aire y reducir los olores desagradables.
7. Masticación e inhalación de hierbas: Algunos individuos masticaban o llevaban hierbas aromáticas, como clavo u hojas de menta. Se creía que inhalar su aroma refrescaba el aliento y enmascaraba los malos olores.
8. Frotaciones con aceites esenciales: En ocasiones, los aceites esenciales extraídos de plantas se aplicaban sobre la piel como agente desodorizante natural.
9. Guantes y Pañuelos: Las damas y los caballeros elegantes usaban guantes perfumados y pañuelos perfumados para disimular sutilmente los olores.
Es importante señalar que estas técnicas no siempre fueron suficientes y las personas a menudo experimentaban importantes desafíos con la higiene personal debido al acceso limitado al agua y a las instalaciones sanitarias durante la era isabelina. Sin embargo, hicieron esfuerzos concertados para controlar el olor corporal dentro del contexto de las normas sociales y culturales de la época.