A Abigail también la motiva su deseo de poder. Quiere ser la persona más poderosa de Salem y cree que acusar a otros de brujería la ayudará a lograr este objetivo. Al convertirse en el centro de atención, puede controlar el curso de las pruebas y utilizarlas en su propio beneficio.
Finalmente, Abigail está motivada por su odio hacia John Proctor. Quiere destruirlo porque él la ha rechazado y cree que acusarlo de brujería es la mejor manera de hacerlo. Sabe que si consigue que John confiese, lo colgarán y ella podrá casarse con su esposa, Isabel.