1. Evocación demoníaca: Esta práctica implica convocar o evocar demonios a través de diversos rituales y hechizos para obtener conocimiento, poder o ayuda del reino demoníaco.
2. Pactos Demoníacos: Los creyentes celebran acuerdos o pactos con demonios, a menudo intercambiando algo de valor para el cumplimiento de deseos específicos o la obtención de ciertos poderes.
3. Nigromancia: La nigromancia se refiere a la práctica de comunicarse con los espíritus de los muertos, a menudo con el propósito de adivinar o buscar guía del difunto.
4. Mediumnidad espiritual: Los médiums afirman canalizar espíritus o comunicarse con los difuntos, permitiendo a los vivos interactuar con el mundo de los espíritus.
5. Malecio: Esta práctica implica el uso de magia con fines dañinos, como maldiciones, maleficios y maleficios, para causar daño o desgracia a otros.
6. Rituales satánicos: Algunos grupos o individuos participan en rituales satánicos, que a menudo implican actos y rituales simbólicos derivados de sistemas de creencias satánicos.
7. Posesión demoníaca: Esto se refiere a la creencia de que el cuerpo o la mente de una persona quedan habitados o controlados por un espíritu demoníaco, lo que provoca cambios en el comportamiento, la personalidad y el habla.
8. Derrame de sangre: En ciertas prácticas ocultas o demoníacas, la sangría puede realizarse como un acto ritual, que a menudo implica cortar o perforar la piel para liberar sangre "impura" o "demoníaca".
9. Sacrificio humano: Históricamente, algunas culturas y sistemas de creencias practicaban el sacrificio humano como una forma de apaciguamiento de entidades demoníacas o como parte de rituales ocultos.
10. Demonolatría: Esto se refiere a la adoración o reverencia a los demonios, generalmente con la creencia de que los demonios pueden proporcionar poder, sabiduría o protección a sus seguidores.
Es importante tener en cuenta que estas prácticas no son universalmente aceptadas ni respaldadas por todos, y pueden variar mucho en naturaleza e intención según el contexto cultural o religioso específico. Muchas personas consideran estas prácticas como actividades marginales o supersticiones, mientras que otras pueden verlas con seriedad o participar en ellas por diversas razones.