Para prepararse para contener la respiración, Blaine se sometió a un extenso régimen de entrenamiento que incluía yoga, meditación y ejercicios para contener la respiración. También consultó con expertos en fisiología y medicina del buceo.
Durante el evento, Blaine quedó sumergido en una esfera de 2,4 metros de diámetro llena de agua. Un equipo de médicos controló sus signos vitales y le suministraron oxígeno a través de un tubo.
La contención de la respiración de Blaine fue una hazaña notable de resistencia humana. Demostró el poder de la mente y el cuerpo humanos para adaptarse y superar condiciones extremas.