El uso de un puntero láser modificado o más potente puede provocar lesiones oculares graves, incluida la pérdida permanente de la visión. El ojo humano es particularmente vulnerable al rayo concentrado de un láser, e incluso un aumento aparentemente pequeño de potencia puede elevar significativamente el riesgo de daño.
Modificar o alterar un puntero láser también puede tener consecuencias legales. En algunos países, ciertos dispositivos láser están clasificados como restringidos o prohibidos, y los cambios o modificaciones no autorizados pueden dar lugar a sanciones legales.
Si necesita un láser de mayor potencia para un propósito o aplicación específica, lo mejor es comprar un dispositivo láser regulado y de buena reputación que cumpla con los estándares de seguridad. Estos láseres están diseñados, fabricados y probados teniendo en cuenta consideraciones de seguridad y medidas de seguridad adecuadas para minimizar los riesgos.