Francisco Pizarro, el conquistador español, empleó varias estrategias para engañar y capturar al emperador inca Atahualpa en 1532. Así es como Pizarro logró engañar a los incas:
1. Compromisos diplomáticos:
Pizarro inicialmente intentó establecer contacto diplomático con Atahualpa, enviando enviados y mensajeros a Cajamarca, ciudad donde residía el emperador inca. Se presentó como representante de la Corona española y expresó su deseo de negociaciones pacíficas.
2. Uso de intérpretes:
Los conquistadores españoles utilizaron intérpretes expertos, en particular Felipillo y Francisco de Chaves, que hablaban con fluidez tanto el español como el quechua, el idioma de los incas. Estos intérpretes facilitaron una comunicación efectiva entre las dos partes.
3. Falsas promesas:
Pizarro convenció a Atahualpa para que se reuniera con él en Cajamarca, prometiéndole seguridad, amistad y la posibilidad de asociarse con los españoles. A Atahualpa se le aseguró que los españoles buscaban establecer relaciones comerciales y pacíficas.
4. Demostración de poder:
Antes de la reunión, Pizarro preparó sus tropas y las dispuso en una formación estratégica para mostrar la fuerza y disciplina del ejército español. Esta exhibición tenía como objetivo intimidar a los incas e infundir confianza en Atahualpa.
5. La carga de caballería:
Durante la reunión en la plaza central de Cajamarca, Pizarro ordenó un ataque repentino y rápido contra el séquito de Atahualpa. La caballería española cargó contra las desprevenidas filas incas, creando caos y confusión.
6. Captura y encarcelamiento:
En medio del revuelo, el propio Pizarro se acercó a Atahualpa y lo capturó. Rápidamente hizo prisionero al emperador y lo retuvo en un edificio cercano, eliminando efectivamente al líder inca de la batalla.
7. Rescate:
Luego, Pizarro ofreció liberar a Atahualpa a cambio de un enorme rescate. El Inca estuvo de acuerdo y prometió llenar una habitación con artefactos de oro y plata para asegurar su libertad. Sin embargo, los españoles finalmente decidieron ejecutarlo a pesar de recibir el rescate.
Empleando una combinación de pretensión diplomática, falsas promesas, estrategia militar y engaño, Francisco Pizarro logró capturar al emperador inca Atahualpa y hacerse con el control del Imperio Inca. Este evento marcó un importante punto de inflexión en la conquista española del Perú.