- Suplicando a Creonte: Hemón intenta convencer a su padre, Creonte, de que le perdone la vida a Antígona. Él sostiene que ella actuó por amor a su hermano Polinices y que su castigo es demasiado severo. Le recuerda a Creonte el peligro de actuar impulsivamente y sin considerar todos los aspectos de una situación, enfatizando que muchos en la ciudad apoyan las acciones de Antígona y que matarla crearía malestar.
- Apelando a las emociones de Creonte: Haemon intenta apelar a las emociones de Creonte recordándole su estrecho vínculo y relación como padre e hijo. Él enfatiza apasionadamente cuánto ama a Antígona y cuán devastador sería para él perderla. Amenaza con que si Creonte ejecuta la sentencia, el propio Hemón podría decidir quitarse la vida.
- Apelar a la opinión pública: Hemón advierte a Creonte que ejecutar a Antígona iría en contra de la voluntad del pueblo. Le informa que muchos tebanos simpatizan con las acciones de Antígona y las consideran honorables. Implica que hacer caso omiso de la opinión pública al proceder con la sentencia socavaría la autoridad de Creonte y causaría consecuencias aún mayores.
- Intentando llevarse a Antígona: Haemon, al descubrir a Antígona enterrada en la tumba, intenta llevársela y salvarla de su destino sellado. Logra romper una de las puertas de la tumba, liberando a Antígona. Desafortunadamente, no puede evitar que Tiresias llegue al lugar e informe a Creonte de la supervivencia de Antígona, dejándolo sin más remedio que llevar a cabo su castigo.