En la obra, Antígona decide enterrar a su hermano Polinices, quien fue asesinado por traidor a Tebas. Esto va en contra de la ley del país, ya que Polinices fue considerado un traidor y se ordenó que su cuerpo permaneciera insepulto. Antígona cree que tiene la obligación moral de enterrar a su hermano, ya que considera un deber sagrado honrar a los muertos. Al enterrar a Polinices, Antígona desafía la autoridad del Estado y arriesga su propia vida. Sin embargo, cree que su deber moral para con su hermano es más importante que la ley del país.