Captura de presas: Los carnívoros utilizan con frecuencia las garras para agarrar a sus presas y evitar que escapen. Las aves rapaces, como las águilas y los halcones, utilizan sus garras para capturar y transportar pequeños mamíferos y otros animales.
Escalada y locomoción: Las garras son herramientas muy eficaces para trepar y agarrarse a superficies. Muchos animales que pasan una cantidad significativa de tiempo en los árboles, como los gatos y las ardillas, tienen garras afiladas y retráctiles que les ayudan a trepar.
Excavación: Algunos animales, incluidos los tejones y los topos, tienen garras especializadas para cavar. Los utilizan para excavar bajo tierra, crear hogares y buscar comida.
Caza y búsqueda de alimento: Ciertos animales usan sus garras para cazar comida. Los osos y los mapaches, por ejemplo, dependen de sus garras para cavar en la tierra, troncos y otros materiales en busca de insectos, animales pequeños y plantas.
Auto-aseo: Algunos animales usan sus garras para sostener sus propios cuerpos. Los gatos, por ejemplo, utilizan sus garras para rascarse, eliminando el pelo suelto y manteniendo su pelaje limpio y sano.
Defensa y ataque en combate: Las garras se utilizan para defensa y ataque durante las peleas entre miembros de la misma especie o de especies diferentes. Los leones y los tigres usan sus garras para atacar a sus oponentes en batallas territoriales.
Marcando territorio: Algunos animales usan sus garras para rascar las superficies y dejar marcas visuales o marcas de olor. Estas marcas sirven para comunicarse con otros miembros de la especie y establecer territorio.